La Comisión Catalana de Tráfico y Seguridad Vial (CCTSV) ha presentado el Programa de Actividades para la mejora de la seguridad vial en Cataluña previsto para este 2023. El programa es una concreción del Plan de Seguridad Vial (PSV) 2021-2023 y tiene programadas 620 actividades.

El PSV 2021-2023, que tiene como objetivo principal la reducción del 15% de víctimas mortales por siniestros viales y del 12% de las víctimas heridas graves, se enmarca en el despliegue del Pacto Nacional para la Movilidad Segura y Sostenible 2021-2030, un plan estratégico que aborda por primera vez y de manera transversal la movilidad segura, sostenible, saludable e inteligente, además de la seguridad vial.

El Programa de Actividades 2023 recoge todas las acciones de los diferentes departamentos de la Generalitat y las realizadas por otras administraciones públicas, así como las de miembros de la CCTSV que pertenecen a la sociedad civil. Las actividades están distribuidas en los 6 ejes estratégicos del Plan, como pueden ser, la necesidad de repensar el espacio público; adaptar las políticas de seguridad vial a las nuevas características de la accidentalidad; crear estrategias sensibilizadoras y educativas para involucrar toda la sociedad; desarrollar espacios de cooperación entre los diferentes sectores implicados en la movilidad inteligente; establecer los objetivos estratégicos para las infraestructuras respecto a los nuevos sistemas de movilidad; o desarrollar la estructura necesaria para la gestión del cambio.

Acciones previstas

En el eje sobre el replanteamiento del espacio público hacia una movilidad más segura y sostenible, hay diferentes actividades previstas para facilitar el cambio modal hacia medios de transportes más sostenibles y fomentar la intermodalidad entre diferentes modos de transporte. Hay iniciativas para reducir la contaminación atmosférica y acústica y para promover una planificación urbana y adaptación de las infraestructuras a un modelo de ciudad más verde y sana. Además, también hay actividades que tienen en cuenta las nuevas tendencias en la movilidad urbana, los vehículos de movilidad personal y los vehículos compartidos.

En el marco del eje de adaptar las políticas de seguridad vial a las nuevas características de la accidentalidad, hay estrategias para combatir la dispersión de los accidentes y el estancamiento en la bajada de la siniestralidad; medidas de prevención de los atropellos de peatones; la promoción del uso de la bicicleta sin que esto comporte un aumento de la accidentalidad de este colectivo; la mejora de la seguridad vial de los motoristas; y el análisis de los efectos del envejecimiento de la población en la movilidad y seguridad vial.

En cuanto a la creación de estrategias sensibilizadoras y educativas para involucrar toda la sociedad, se prevé incidir más eficientemente en una responsabilidad compartida en la movilidad; adoptar una estrategia formativa para los niños y jóvenes al actual y futuro modelo de movilidad; llevar a cabo un aprendizaje en movilidad segura, sostenible y saludable a lo largo del ciclo vital; formar a los conductores y conductoras adaptándose a los nuevos retos de la movilidad; establecer medidas preventivas y de control ante las conductas infractoras y reincidentes; e incrementar las acciones para la mejora de la seguridad laboral vial.

En relación con desarrollar espacios de cooperación entre los diferentes sectores implicados en la movilidad inteligente, hay actividades previstas que consideran la mejora de la eficiencia energética de los vehículos a motor y la electrificación de la movilidad; sistemas de transporte inteligentes y nuevas tecnologías para la mejora de la gestión y de la información del tráfico; y la gestión del periodo de transición hasta lograr una movilidad totalmente automatizada.

En cuanto a establecer los objetivos estratégicos para las infraestructuras respecto a los nuevos sistemas de movilidad, hay actividades que favorecen la adaptación de la red vial a los sistemas inteligentes de transporte y el adelanto hacia una movilidad autónoma y conectada. Además, se consideran acciones para hacer un diseño seguro de las infraestructuras, con dedicación específica de espacios a los colectivos vulnerables.

Finalmente, en cuanto al eje de desarrollar la estructura necesaria para la gestión del cambio, se pretende repensar la estructura que requiere abordar los nuevos retos de movilidad en cuanto a políticas públicas de movilidad y seguridad vial; reforzar la coordinación y colaboración con las entidades supralocales y locales; proponer un marco jurídico para adaptar la movilidad segura y sostenible al cambio cultural y de paradigma; planificar las estrategias de la movilidad segura y sostenible; y también una serie de acciones previstas para la atención a las víctimas de accidentes de tráfico.